La temporada de verano facilita a la adocenada clase política la posibilidad de trampear facilmente -lo cual en las actuales y excepcionales circunstancias resulta tarea apurada que no remienda un garabato-. Y posiblilita escaquearse de responsabilidades de tal orden -si es que hay alguien dispuesto a asumirlas al acceder a los elevados tronos y cenáculos-.
La gente curra y se larga a la playa cuando tiene un momento y no pide nada al Ayuntamiento.
Ahora es más complicado. El tedio más absoluto -del que con desfachatez dicen que regalamos a los turistas- se apodera del granero -esta pobre ciudad sin cine (tras el devastador paso del tandem en estrategia particular de la que un día hablaré largamente)- y a alguien se le puede ocurrir que el Ayuntamiento puede tener alguna responsabilidad en la organización de eventos que los que no son de la pesca ni de la búsqueda de setas -que son muchos- demandan forzosamente.
Entonces es cuando ella aparece, severa y amable a la vez, necesaria, y con su varita mágica grácilmente portada en diestra mano firme, despliega tenderetes, toldos y tinglados que cobijan ferias, zocos, exposiciones y mercados para solaz del aburrido personal que en ellos compra lo que acaso ha rechazado cada día al pobre tendero de la esquina; y en donde alguien regalará, por supuesto algo. Por cortesía y magnanimidad de ella que bien se le harán saber.
Es la época de la reina de los tinglados que gracil y desenvuelta deambula sobre agudos filos de cristales con los que nunca se va a cortar. Buena es ella.
Ahora que no hay pluviales ni adoquinados para inagurar -por falta de presupuesto y de discurseros (y por explicable vergüenza del gran maestre) más que nunca son necesarios los tinglados para entretener al personal.
Se anuncia pronto una muestra culinaria. Sobre las diferentes formas de cocinar y servir el pescado del pais: panga, fletán y halibut. Patrocina la Aurora, y colaborarán los más famosos artistas en la materia concentrados en el puerto.
Cosas del granero. Esta ciudad sin cine -que un día los mismos que lo quitaron remediaran-. Esta ciudad arrasada tras el paso del caballo de Atila.
sábado, 6 de diciembre de 2008
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