Creo que el título es suficientemente significativo y no tan críptico como de primera impresión pudiera parecer. Evidentemente no hablo de ninguna fiesta de carrer que también las habrá.
Es que aunque no lo parezca no me gusta la obscenidad y la escatología; soy más bien recatado aun cuando procure no dejar pasar ni una. Soy un incordio, lo se. Pero no me gusta la guarrería expresiva. Soy a veces como el curilla al que se le escapa un "coño!!", digo ""corcho!!
Nada, que se nota que es Navidad hasta en estas pequeñas -pequeñas es un decir, puesto que los caudales derramados pueden llegar a rebosar imposibles recipientes- y nauseabundas "cosas".
Suerte que las sufridas huestes del turno de domingo y festivo del equipo de limpieza municipal -he de reconocerlo- son madrugadores y eficaces. Aunque siempre es demasiado pronto en estas fechas y nada garantía nuevas zozobras de estómagos presuntamente resistentes a todo.
TAmbién lo habrán notado en urgencias donde habrá tenido que reparar napias, cejas, rotos y descosidos y echar mano de las reservas de omeoprazol y almax. Poca cosa de gravedad.
A la nueve y media de la mañana un par de imberbes todavía, moviéndose torpes como muñecos de feria lanzaban crochets y mamporros al aire.; a la rasca matinal que, benditos ellos, no les afectaba. Absolutamente inofensivas sus acometidas, a modo patético aspaviento, o a lo más, a modo de extra de malo gordo y torpe de película de Bud Spencer; pero que invevitables daban con la osamenta del contrario en el barro maloliente de la calzada. Váyase a saber que querellas motivaron tal turbia pendencia. Faldas dirán; pero allí en el grupito solo había cuatro adolescentes masculinos.
En ese momento curiosamente no pasaba ningúna dotación policial -que aburridas deambulan por doquier estos días-. Aunque pronto escampó -con cuatro bocinazos- la escaramuza.
Navidad, navidad, pizza, litrona, bronca y felicidad
domingo, 21 de diciembre de 2008
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