jueves, 4 de diciembre de 2008

Menu de Nochevieja en la Aurora

El acomodador no solo estará reintegrado ese día sino que hasta le pondrán jefes de zona para dirigir con prestancia el tinglado. Es más, acaso no tendrá que moverse de su púlpito cual Von Karajan embutido en terno oscuro estrenado para la ocasión. Chaqué incluido. Y con un chasquido de dedos todo un contingente uniformado y marcial tomará brioso la plaza toda ella convertida en comedor.
Dicen que van a ampliarla. La plaza del mismo nombre.

Los chavales pues, acicalados de sarasas con sus cotillones, tendrán que ir a quemar -y fumarse- sus petardos a otra parte en noche tan señalado. Solo un pedazo de plástico barato hace cena de gala lo que no es sino botellón. Pobre juventud.

No hará falta gastar en publicidad con el menú. Se sabe que ofrecerán sus especialidades: Calamares patagónicos rebozados de entrante, crujientes desde enormes sartenes de aceite refrito incombustible; caldereta de mejillones de Thailandia que suena a tragaperras y fletan de las azores a la pimienta verde (de sobre).
Todo regado con blancos y tinto de euro noventa con nombre rimbombante y denominación de origen -todo tiene un origen-.

Episodios de desabastecimiento de panga y fletán son habituales en el granero. Pero ahora también se presumen de estufas eléctricas.

Tela y plástico para tinglado nunca faltará. Que la reina de los tinglados no para de tejer y de tejer.

La guarnición de verduritas de S'Hort d'en Nensi no faltará tampoco ese día. Aunque escaseen también los guisantes y las judias en los frigoríficos del Lidl.

Y un grupo de coros y danzas de algún club social animará la madrugada con las típicas canciones del pais. Polkas, rancheras y habaneras.

No hay comentarios: