Obcecados.
Orates embrutecidos de vozarrón cazallero y verbo repugnante e impío. Aunque los domingos antes de la tapa de calamares se les vea en alguna iglesia a pasar el rato.
Con los ojos posesos de un turbio relampagueo desde cuencas cavernosas. Y rostros tiznados de agrias sonrisas que aterran y sobrecogen.
Todo lo maldicen, En todo el mundo se cagan -sobre todo en Zapatero-.
Muertos de envidia. Con una única afición en amontonar dinero ilegítimamente ganado y desear la desgracia del vecino.
Y volver a cagarse en Zapatero. Como causa de la enorme desgracia de una recesión en sus arcas repletas de dinero sucio.
Son mala gente. Son los que va al bar y se llevan el resto del azucarillo que les ha sobrado, que hablan a voces, escupen al suelo, que miran sin rubor el culo a las chavalas con ojos de salido a lo paco martinez soria. Y elucubran sobre nunca ostentadas capacidades. Babosos, Con una mano de naipes gastados y un farias húmedo y asqueroso medio apagado en sus labios. Y una camisa adornada de lamparones.
Y se vuelven a cagar en Zapatero.
Y en los extranjeros que les roban el dinero, dicen.
Tanta gente enferma.
Mala gente del granero.
Que por eso precisamente son alguien. Y van de don. Y de ser de tal.
Mala gente que circula y emponzoña este granero.
martes, 16 de diciembre de 2008
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2 comentarios:
fantastico eskrito,sencillamente genial! animo y no dekaigas!me kito el sombrero!! lo kortes no kita lo valiente!
Entrañable amigo anónimo (no puede haberlo mejor); sensible soy de común a elogios y laudes que con todo merecimiento se me escatiman comunmente, pero celebro en especial los que dedicas a este comentario en particular; que constituye reacción visceral y forma parte de mis paisajes mentales obsesivos y que entiendo que es difícil que pueda ser compartido. Por ello me sientan mejor tus palabras.
En caulquier caso de la mala gente que por aquí circula inevitablemente habré de hablar mientras dure esto.
Gracias.
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