sábado, 31 de enero de 2009

Revueltos en el fango

Supervivientes de la noche chapapoteando en el lodo del guetto portuario donde el destino sabio los ha confinado. Dándose leña. Breándose de lo lindo.
No siempre es posible arribar a mejores y más mullidos destinos tras azarosa peripecia, etre cubatas y pastillas.
Aunque peor atracar en urgencias con la jeta vendada y una pastilla de omeoprazol de repuesto, con los papis con cara de vinagre esperando en la puerta. Sin que este sea el peor escenario.
¿Que hacer sino?

Nada más reconfortante, por otra parte, que cuatro guantazos para paliar el frio de la mañana. En horas y lugares ya no ambiguos sino inequívocos.
Quien está ahí a esa hora es que quiere bronca. Y muy tonto ha de ser para no encontrarla.

La juventud del granero se curte en las madrugadas frías del arrabal portuario, entre el fango y la mugre.

En todo caso ¿Que se les puede pedir?

A no todos les gusta ir a buscar setas; ni tienen chalupa para "ir a navegar"; ni domingos enteros por los que discurrir.

Ya los han apartado lo suficiente para que no molesten mucho.

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