domingo, 11 de enero de 2009

contemporizando

Es muy fácil decirlo.

Mas bien es un deseo. Porque esta situación de presunta interinidad y ocaso se ha hecho normal en el granero. Lo bueno es que si, ciertamente, todo funciona. ¿Y como no va a funcionar?

En cualquier caso los tinglados se instalaran otra vez majestuosos para celebrar la festividad de este otro santo patron, con la mirada de satisfacción de su reina.

Y en los caladeros del Lidl aparecerán de nuevo en tropel los intrépidos arponeros enfundados de hule amarilla para pescar calamares patagonicos que rebozar crepitando el próximo sábado.

Festividad que figura enmarcada en el peculiar calendario de la Aurora, donde en la plaza del mismo nombre tiene lugar una trasnochada y pintoresca representación, a la vista de una concurrencia que no obstante la etiqueta le cuesta poco incurrir en el indecoroso gesto de pelearse por una cocarrosa para disfrutar del espectaculo en primera fila, sentado y con la tapa de calamares.

Es el día más "fuerte" del año para la Aurora. Maldito para el sufrido acomodador que verá toda la plaza convertida en un tinglado ingobernable.

Porque toda la plaza será otra vez tinglado de la Aurora.

Como siempre el tiempo acompañará.

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