miércoles, 14 de enero de 2009

Fiestas sin alcohol

Anomalía en el granero. Fiesta por todo lo alto en honor a otro santo patrón, en las que el alcohol, salvo para los gineros habituales -que les pilla este año en su día- no está presente. Lo cual ya es insólito.
Es raro que a nadie se le haya ocurrido organizar fogatas con la excusa de ventilarse un porrón de vino. Acaso la incipiente industria vinícola del pais pronto consiga hacerse un hueco y abastecer a tanto potencial consumidor.
Y que los bares no se hayan inventado un ardiente "sant antoniet" que calentara el cuerpo en los conmumente fríos días de enero. Aunque para beneplácito de la Aurora -día señalado para ellos- ese día concreto suele lucir el sol.

Pintoresco sainete representado precisamente en la Plaza de la Aurora, ante una nutrida concurrencia entre la que algún privilegiado habrá logrado tras lucha feroz hacers con la mesa para degustar entre tando su ración de calamares patagónicos.

Y colofón pintoresco de chunda chunda -con el pintoresco Sanz exprsamente desplazado para tan significado evento (aunque los suyos ya no gobiernen su granero añorado) llevándose la mano al pecho emocionado- que que motivará algunos tímidos pitidos -ni siquiera un pequeño follón ni intercambio de insultos de aquellos que por escrito en innúmeros libelos nos reinventan la historia cada día-. Y algunos aburridos y poco entusiastas aplausos. En otros sitios ante tal tesitura revolotearían aguiluchos y los que por tradición se embuten su mejor traje y corbata irían vestidos con chandal tipo Luis Aragonés con toro de Osborne.

Aquí todo es otra historia.

A mi me da igual lo que se conmemore este día. Una nueva invasión, una reconquista, una matanza.

En realidad a casi todos les da igual.

Es el día de la tapa de calamares en la Aurora, de los dátiles amargos y los incomestibles garballons. Y de la rifa del cerdo.

Y ahora también de los tinglados tomando la principal avenida cual zoco ofreciendo productos tan tradicionales como gominolas y frutos secos.

Y no, a contrapronóstico, no es costumbre coger la cogorza este día soberanamente aburrido.

Aunque como digo, los gineros de la mañana este sábado tendrán un divertimento más para su seguro derrotero. Ellos si que hallarán un hueco en la barra.

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