No había otro lugar para ponerlo, no.
El tinglado mayor de la reina. La joya de su celoso ajuar de plástico, ahora en su feliz interregno ha tenido que plantarlo justo al lado del gallinero. Espectacular carpa donde cabe hasta un circo con trapecistas.
El reinicio de actividades del gallinero de la Aurora -en la plaza del mismo nombre- necesitaba de un impulso así.
Defachatez y chulería de estos restos de tránsfugas que, lejos de largarse de tapadillo a ultima hora por la puerta de servicio y aprovechando el CArnaval, haran una rueda de prensa denunciando persecuciones, presagiando futuros funestos, y eso si, apurando hasta el final el ordeño de la ubre municial. Hasta la última gota.
Patético espectáculo en el granero.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario