Entrañable y pintoresca celebración graneril.
El día de la sobrasada.
Que descomunales y de todos los calibres se exhibían en ristras obscenas en una ciudad convertida en gran tocinería.
Y presumiendo como siempre a ver quien la tiene más grande; y mejor condimentada; más en su punto de pimentón. Que de esto también hay especialistas por aquí. Especialistas en catas por supuesto, que no en fabricación.
Las birras jugarán ya alguna mala mala pasada, sobre todo cuando se les adiciona la copa de anis y el atracón de grasientos crepellets con greixera de boniato y, así, al caer la tarde unos ojillos entornados -los típicos ojillos entornados-, y un par de botones de la camisa desabrochados ya -los de la parte de la panza- serán el preludio de un arranque de melopea que junto el ardor atorrante de los rescoldos y el humo de los purazos del carajillo, puede tener efectos sin dudas narcotizantes.
Y brotaran al aire, acompañadas de una socorrida guitarra las canciones típicas del lugar: boleros, habaneras y rancheras. Y los ojos morenos y gitanos de españolas que arrebatan el alma, los amores canallas y los delirios de intrépidos amadores al pie del castillo de torturadoras damiselas pretenderán conmover el ambiente. Mientras otros, los de siempre, recogen ya la mesa y friegan los platos.
La imprevisión de un día después de la sobrasada -colmado ya el calendario festivo local- abortará otras tentativas.
Y un oportuno omeoprazol pondrá socorrido punto y final a una fiesta tan sentida.
Bendito omeoprazol.
No se porque, pero tampoco me gusta esta celebración. Aunque en mi turbia soledad para almorzar me he zampado un estético bocata de sobrasada y una birra de nombre indescifrable.
Del Lidl, por supuesto. Todo del Lidl.
Sobrasada alemana de primera calidad.
martes, 24 de febrero de 2009
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1 comentario:
y ke viva el lidel..benddito super..bueno,bonito y barato..kalidad alemana..esos no fallan..saludos..
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