miércoles, 1 de julio de 2009

Oh Senyor Caixer Senyor!!

Desbarre continuo del émulo de PJ en sus cotidianos relatos folletinescos y arrugados -que no tienen ni puta gracia, la verdad-; infumable y cutre montonera acopiada a paletadas, de lisonja burda, loor ampuloso de engolamiento ridículo; y pleitesía vulgar, de baratillo -cual coplas de ciego- a rancias estirpes haraganas y sus supérstites vástagos que en este absurdo rincón atemporal han logrado hallar la acogida inopinada que merecidamente les niegan en otros lares.

Que, ¡vaya!, en cualquier otro lado -aun en los más selectos ateneos del pijerío (hipódromos, maxidiscos y bares con terraza- cantan.

Hablando en plata: hasta los huevos estoy de elegíacos cántares de gesta hacia esta pretendida nobílísima ralea Soto-Martorell; marqueses, condes y duques de rancios y pútridos abolengos. Más serviles sus loas que los garabatos de diario.

Y en el fondo me entristece ver al émulo convertido en cronista oficial de chismorreos insípidos. Bufón de cortes derruidas paseante de campos arruinados por no saber ni querer trabajarlos. Hacedor de velos burdos a azuladas princesas revenidas que aguardan a recauchutados príncipes en torres abandonadas.

Donde a veces se divisa a lo lejos la silueta tétrica y terrible de un caballote con jinete armado de fusil al hombro. Tan distinta de la apacible figura triste de aquel entrañable caballero derrotado que no aromará con su lúcida locura estos campos yermos y abandonados. Este tiempo detenido.

Esta crecido el émulo de PJ.

Con genuína desfachatez y desparpajo.

Que hace reir pero no resulta simpático.

Pero yo he comprado su producto.

Así que no me venga con milongas.

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