Adios al fosforero

Parece mentira como son las cosas.

Cuando por su intachable hoja de servicios se hacía acreedor a tan generoso espacio para uso discrecional, decide -desdichadamente- apagar la llama de las cerillas que sino alumbrar, si que han venido entreteniendo los duros sábados de un diario local.

Pero lo insólito ya sabéis que es.

Que las cerillas se apagan.

Más los garabatos permanecen incombustibles.

Cachondeándose de la crisis económica -de la que responsabiliza al Consell-.

Y olvidándose al fin -al parecer- del chiste de Pregonda.

"Garabatos completos" ya; en suplemento de la difícil edición dominical de un diario local.
Junto a la rubia de bote de turno.