viernes, 17 de julio de 2009

De nuevo la desfachatez

Del energúmeno hotelero jubilado.

Desbarrando con su genuino lenguaje soez y obsceno en su columna habitual de diario convertido en papel higiénico merced a su producción nefasta y pestilente.

Regresado seguramente de su habitual periplo vacacional en remoto confín -el que puede permitírselo-, con séquitos de esclavos lustrandole los zapatos y removiéndole el combinado mientras esta tumbado a la bartola en descomunales piscinas donde no se notan los meados, se permite de nuevo insultar y ofender y, por supuesto maldecir a ls rojos que mandan en el Consell culpabilizándolos de todo.

Mas el que todo lo sabe en la materia no hará un último esfuerzo para poner en práctica sus enseñanzas.

¿Que enseñanzas?

Ninguna.

Hijo del tiempo del dinero fácil; del palo -cierto es que acaso en sus inicios las perolas y los carritos de maletas lleven su impronta-. Triunfador de la escuela de los listos y sin escrúpulos, arreibistas y espabilados, que metieron mano, saquearon, y se lo llevaron. Lo justo terminar de vivir dilapidándolo.

Patético vividor.

Sigue disfrutando de tu nauseabundo retiro.

Esta es la herencia que los presuntos prebostes de la hostelería nos habéis dejado.

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