Uno más.
A patéticos edecanes y voceros de la Victoria nefasta. "Victoria" con mayúsculas.
Pero era, dicen, muy buena persona. (ello debe depender de interesadas selecciones biográficas y estudiados silencios)
Era muy buena persona, dicen, si.
Insultaba cruelmente a la ciudadanía humilde, a la que animalizaba. Pero a el le debemos, dicen, nuestra salud y la de nuestro hijos.
Cuando al fin en este pais caen las últimas placas de calles dedicadas a adalides de la dictadura. Aquí en este granero lastrado se dedican nuevas calles, rinden homenajes y levantan monumentos a petulantes cronistas de la victoria franquista.
Archiveros del dolor y del silencio.
Guardianes monopolísticos de la venganza.
Demasiado retraso incluso para el granero.
No me cae bien este tipo. NADA LE DEBO.
A quien tuvo los arrestos de escribir la más negra crónica de esta ciudad adocenada –adocenada (e irrecuparable) en buena medida por su causa y la de los suyos- nunca le agradeceré nada.
Lejos de rendirle cuentas, vedlos a todos postrados a los pies de su efigie. Y aplaudiendo a su excelsa y primorosa estirpe. Gente de orden, gente de bien.
No como aquella chusma que describiera en el manual de terror e ignomina llamado “Menorca Liberada”, entre cuyos descendientes me honro en formar parte.
Sin necesidad de agradecer las píldoras que calmaron tantas jaquecas.
Sublimación de la ignomina y la vesanía este panfleto obsceno y lacayo.
Mas para algunos su único defecto es que no ha traducido al catalán –que el tanto odiara-.
Que esta porquería no se titulara “Menorca Alliberada”.
Ya esta bien, ¡Coño! –como dirían ellos-.
Y me la suda lo que digan tanto patético guardaespaldas de líderes de lo políticamente correcto.
Han querido tapar siempre este libro de la vergüenza.
Más De la Cierva y el terrorista Moa se encargan de perpetuarlo en las reseñas bibliográficas de sus pestilentes producciones.
¿Hay mejor forma de perpetuarse?
martes, 14 de julio de 2009
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