De la genuina.
Con paellero profesional al mando y coro de habaneras.
No hay mejor "coixí".
Y birras de nombre impronunciable y tamaño alemán colmando las neveras polvorientas y llenas de moho -es una imprudencia limpiar para la ocasión la zahurda-.
Pero con el engorro del viernes de abstinencia -de carne solamente- y la procesion. Que interrumpirá la fiesta unas horas. Y para la que habrá que tener preparado el embozo y las cadenas.
Obscenos folletos de hipermercado ofertan impúdicos la carne y el vino con los que se regará a radudales, inevitable, esta fiesta tan severa.
Y ya se huele el genuino tufo que despide el auténtico -esta vez si- "fum de formatjades".
sábado, 28 de marzo de 2009
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