domingo, 8 de marzo de 2009

Ese pobre hombre (el garabatero del hacedor)

Pobre hombre, el garabatero. Aun cuando intrépido caradura cuando se tercia. Con la consabida valentía que son capaces de provocar un buen fajo de billetes extra. Y un somaten dispuesto a defenderlo -en horas extras pagadas por los que le apadrinan-.


Especialista en vivir del cuento; sin dar palo al agua. Aun cuando ello -tal modus vivendi. a veces constituye la tarea más esforzada. O como mínimo meritoria. En cualquier caso, que no todos pueden desempeñar.

Especialista consumado -más allá de sus torpes y ridículos garabatos deformes (ha vivido entre ellos y entre manchurrones y pintadas, bien rentabilizadas )- en hinchar globos con humo de empanadas -como le gusta decir-, sembrar cizaña y aventar bulos. Del marujeo y el cotilleo se ha nutrido siempre.

Tiene mérito haber llegado tan alto en la estulticia -cada uno vive como puede eso si, la vida es dura, y bla, bla, bla...-; lo que no tiene disculpa es que se las de listo y pretenda dar lecciones de moralidad. Y que tenga media página diaria de una publicación local que se pretende seria donde puede decir lo que quiere. Que utiliza como arma para expeler su mugrienta y pestilente municion. Que certeramente contamina.

Moralidad. Si. Aunque sea de aquellos -tan típicos del granero- para los que la moralidad es un siniestro capirote negro y una sotana púrpura que sacar a paseo un par de horitas al año. Y una lección de política una buena merienda o una paella bien hecha tras una inauguración de pluviales.

Cátedrático emérito en sanjuanismo. Preboste de esta nefasta cohorte rancia que se ha adueñado de unas fiestas populares envidiables. Que pretenden dirigir con consignas y pautas absurdas de su propia espuria cosecha de frutos amargos.

Es mal tipo.

Por eso le va bien en el granero.

No hay comentarios: