domingo, 23 de noviembre de 2008

Homilía recatada

Llenar una página de un diario local en Domingo ya tiene mérito. Y en este sentido no se le puede pedir más.
Pero al émulo de PJ se le ha visto hoy mucho el plumero. Y después de dinamitar y azorar ayer las anodinas tertulias locales con un globo sonda -de los que ha de tener en reserva- hoy con su silencio brondiano viene a quitar hierro al asunto. Haciéndose el longuis.

Por lo demás a su promocionado Brondo, jefe de los cariñosamente denominados "díscolos" (no se porque han cogido cariño a este término precisamente quienes -y él entre todos- se han caracterizado por su seguidismo paniaguado del factotum, a las antípodas de un verdadero díscolo) se le pudo ver ayer rondando entre los solemnes tinglados repartiendo beatíficas sonrisas en meriendas que por suerte no tiene que costear él -ahora que se ven sometidos a severo marcaje-. Bendiciendo cual buda feliz a los niños y zampando "choripanes", en afortunada denominación por un día metafórica.

Y hoy también las rabas de calamar patagónico crepitantes y humeantes -acaso oliendo demasiado a aceite recalentado- han vuelto a tomar la plaza. Aunque el enorme y sólido tinglado bien que guarece de sus efluvios a lo poco que queda de plaza.
La plaza del mismo nombre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

amigo: ayer volvi a pasar por el"gallinero de las palmeras" que como es habitual en dias en que la meteorologia importuna incumple la normativa y cierra a cal y plastico cual invernadero almeriense el granero.gustoso de estar aqui.

Indocumentado dijo...

Gracias por la visita. Tienes el dudoso honor de ser el primero.

Me encanta el simil que utilizas para definir el tinglado. No había sabido advertirlo, aunque soy avezado en corralitos y gallineros.

Lo de las estufas colgantes es ya la guinda.

Un saludo